Por: Nicolás A. Jerkovic. Director de Ekosos
El presente artículo, fué publicado en la revista Repro Digital perteneciente al Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires. En el siguiente enlace puede acceder a la publicación original.
Hoy, a los inversores y grupos de interés, ya no les es suficiente saber cuánto gana económicamente una empresa, sino que quieren saber también cómo ha logrado esa ganancia. En este contexto, y en el cambiante y competitivo panorama empresarial actual, el papel del Director Financiero (CFO) está evolucionando significativamente. Si bien tradicionalmente su enfoque estaba centrado en aspectos puramente financieros, la perspectiva de CFO es que asuma una nueva identidad basada en un nuevo rol denominado Director de Valor (CVO), con un enfoque destacado en la gestión de múltiples capitales y la sostenibilidad.
La publicación de la Federación Internacional de Contadores Públicos (IFAC por sus siglas en inglés) “El rol del CFO y la función financiera en la creación de valor” (2020), plantea el hecho de que el CFO debe pasar a una posición de liderazgo y socio de la organización, dejando atrás el perfil de “back office” tradicional vinculado a aspectos puramente financieros. Para esto, el CFO debe poder entender y comunicar cómo una organización crea, retiene, protege, y distribuye valor, y cómo lo hará en el futuro, desde la perspectiva de múltiples capitales.
Múltiples capitales y Pensamiento integrado
Para el entendimiento de cómo una entidad crea, retiene, protege, y distribuye valor, es útil considerar el modelo de los seis capitales del marco de Reportes Integrados (IR, 2021) [1]. Este marco ayuda a entender el contexto de negocio al proponer una representación integrada del desempeño de una empresa en términos de información financiera y de otro valor relevante basado en 6 capitales: capital financiero, capital natural, capital manufacturado, capital social y de relacionamiento, intelectual, y humano.
El modelo de reporte integrado, el cual deriva de una propuesta de “Pensamiento integrado” (VRF, 2022), propone el entendimiento y la interrelación de los distintos capitales que intervienen en el proceso de creación de valor de cualquier organización. Este modelo reconoce que en el proceso de creación de valor la organización tiene impactos en los diferentes capitales antes mencionados, pero también, a su vez, tiene dependencia de ellos. En este sentido, los impactos pueden generar tanto externalidades negativas como positivas, pero sobre todo las negativas son las que cada vez más las empresas deberán asumir un costo, ya sea por cambios regulatorios o cambio en la preferencia de los consumidores y expectativas de la sociedad. A su vez, la dependencia sobre ciertos capitales, implican riesgos que si no son mitigados o gestionados, la sostenibilidad del negocio en el tiempo puede verse comprometida.
En definitiva, en la era de las empresas con propósito, para la sostenibilidad del negocio, la organización debe gestionar y lograr el éxito en todos los capitales vinculados a su contexto de negocio.
Ejemplos de pensamiento integrado
Para entender lo anterior, citamos el siguiente ejemplo. Una empresa manufacturera que exporta sus productos a la Unión Europea, para crear valor, depende para producir los bienes que vende del capital natural energía. Sin el abastecimiento energético, no podría sobrevivir. Al mismo tiempo, esta empresa genera impactos en el capital natural a partir de la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) (el impacto es en la atmósfera), como consecuencia de la utilización de energía basada en combustibles fósiles. Estos impactos, cada vez más, están siendo monitoreados y restringidos en el mundo, a causa del problema que ocasionan sobre el calentamiento planetario global (la Unión Europea es una referencia regulatoria en el tema). Este ejemplo, muestra cómo el proceso de creación de valor de la empresa está generando externalidades negativas, con sus costos incrementales asociados, mientras que al mismo tiempo la empresa depende de energía basada en combustibles fósiles. En un mundo que se direcciona hacia las cero emisiones de GEI para el año 2050, en el marco del Acuerdo de París, si la empresa no desarrolla una estrategia para disminuir la dependencia de consumo de energía basada en combustibles fósiles, difícilmente podrá reducir sus impactos, asumiendo cada vez mayor riesgo de costos ambientales y resiliencia del negocio.
En el ejemplo anterior, el nuevo rol de CFO consiste en poder comprender el modelo de negocio de la empresa, y su proceso de creación de valor, más allá de la perspectiva financiera. El CFO es un experto en entender la creación de valor financiero, el cual resulta de la comparación del valor del Patrimonio Neto Financiero entre el inicio y el fin de un período determinado, es decir, comparando el valor del Capital Financiero en los distintos periodos.
Bajo la nueva perspectiva del CVO, ahora deberá poder realizar la misma comparativa con otros capitales para así poder comprender si existe creación y destrucción de valor, además del financiero. Volviendo al ejemplo anterior, deberá comprender cómo el modelo de negocio está impactando con las emisiones de GEI, y las estrategias disponibles para reducir los impactos y mitigar los riesgos de dependencia de energía basada en combustibles fósiles. En definitiva, deberá comprender su aporte a la creación o destrucción de valor en la atmósfera. De lo contrario, tanto los impactos como las dependencias, si no son medidas y gestionadas, irán socavando en el tiempo la capacidad de creación de valor financiero, tanto para los accionistas, inversores, y otros grupos de interés.
Conclusiones
La transformación de CFO a CVO implica un cambio significativo en la mentalidad y el enfoque del líder financiero. El CVO entiende que la sostenibilidad ya no es una mera opción, sino una necesidad para el éxito a largo plazo de la empresa. El CVO entiende que la adopción de prácticas sostenibles puede generar beneficios significativos, como la reducción de costos operativos, el acceso a nuevos mercados y la mejora de la reputación de la marca, entre otros aspectos.
En su nuevo rol, el CVO es un asesor estratégico clave para el CEO y otros líderes ejecutivos. Gracias a su capacidad para convertir datos en conocimiento, el CVO puede proporcionar información valiosa para la toma de decisiones informadas. Para el CVO, la comunicación transparente y completa sobre el valor creado, sobre la base de múltiples capitales, es esencial para construir la confianza con los inversores, clientes, empleados y otras partes interesadas. Además, estos informes pueden servir como una herramienta para demostrar el compromiso de la empresa con la sostenibilidad y atraer inversionistas y consumidores preocupados por cuestiones sociales y ambientales.