Por Nicolas A. Jerkovic (*)
(*) Este artículo fue publicado en ambitoweb el 20-08-2014
La rendición de cuentas del resultado de los negocios se hace a través del Balance Económico-Financiero, el cual para su confección está sujeto a estrictas normas internacionales. En lo que respecta a RSE, la forma de hacerlo es el balance social. Si bien existen parámetros internacionales que pueden considerarse como mejores prácticas para su confección, en los hechos, la forma y metodología de rendir cuentas es variada y a criterio de la empresa que decide hacerlo.
Algunas empresas rinden cuentas sólo a los grupos de interés con los que trabajan y no haciéndolo público; otras optan por emitir un informe público anual o bianual sólo con contenidos que consideran relevantes, y hasta algunas a partir del reporte anual hacen actualizaciones periódicas -por ejemplo, bimestrales- respecto de ciertos temas específicos en lugar de esperar al siguiente informe completo. Otra manera es presentar en forma separada e independiente informes con resultados de gestión en aspectos sociales por un lado, y ambientales por otro. Con toda esta diversidad lo que hoy pasa es que no se pueden comparar fácilmente los resultados de gestión en RSE. Son pocas las que utílizan los parámetros internacionales.
Ventajas de seguir un parámetro internacional
Efectuar una rendición de cuentas utilizando los mismos parámetros que otras empresas es una forma de someter la información a la comparabilidad y, por ende, la posibilidad de la formación de juicios más objetivos respecto de los resultados de la gestión RSE, lo que promueve mayor transparencia, credibilidad y mejor percepción de las compañías, es decir, la mejora de su reputación.
La transparencia es un factor de medición de la reputación empresarial, y una de las formas de evaluarla es a través de la calidad de rendición de cuentas. La reputación puede definirse como el reconocimiento que hacen los grupos de interés de una empresa respecto del comportamiento empresario con su entorno. Cada vez aparecen más estudios que la miden, como, por ejemplo, el Reputation Institute (consultora internacional que mide la reputación empresarial).
En este sentido, la adopción de parámetros de rendición de cuentas como el Global Reporting Intitiative y Pacto Global, estándares de metodología de diálogo e involucramiento de grupos de interés como la norma Accountability, es fundamental a la hora de querer hacer una revisión objetiva de la gestión de RSE.